"¿Son las mujeres más emocionales que los hombres? Explorando las diferencias emocionales entre sexos"
¿Son Las mujeres más emocionales que los hombres?
La profesora
Daphna Joel, de la Universidad de Tel Aviv, señala que poseemos cerebros
intersexuales, lo que significa que no hay una diferencia estructural entre las
composiciones cerebrales de hombres y mujeres. No obstante, algunos
investigadores demuestran que las conexiones entre el hemisferio izquierdo y el
derecho son bastante diferentes entre géneros: las mujeres poseen una red
densa, mientras que los hombres reducen sus conexiones. Esto vuelve a las
primeras más hábiles para relacionar lo intuitivo con lo analítico; y a los
segundos más propensos a coordinar mejor la percepción y la acción.
Los seres
humanos tenemos la capacidad de combinar la información que nos proporcionan
ambos hemisferios y así logramos obtener conocimientos. Esta forma de procesar
la información es diferente en hombres y mujeres.
En el caso
de las mujeres, ambos hemisferios trabajan en forma simultánea, de tal manera
que nunca independizan los procesos racionales de las emociones.
¿Las mujeres
son más emocionales que los hombres? ¿Qué dice la ciencia al respecto? Lo
cierto es que esta no es una cuestión que se pueda responder con “sí” o “no”,
ya que nos adentramos en un campo lleno de matices. Todo depende del tipo de
emoción y del constructo estudiado, del contexto, de la manera de medirlo…
Lo que sí
sabemos, por ejemplo, según datos de la ENSE (Encuesta Nacional de Salud), es
que las mujeres tienen casi el doble de probabilidad que los hombres de sufrir
un trastorno mental, aunque los niños más que las niñas.
Por otro
lado, según Freeman y Freeman (2013), autores de un estudio en el que se
analiza la distribución de los trastornos mentales entre hombres y mujeres en
una gran cantidad de países, las mujeres presentan prevalencias más altas de
trastornos y tienen más probabilidad que los hombres de sufrir ansiedad y
depresión.
¿Las mujeres
son más emocionales que los hombres? Esta pregunta solo se puede resolver (y
solo en parte) teniendo en cuenta factores como: el tipo de emoción, la manera
de evaluarla, el lugar donde se exprese y otras variables.
Sin embargo,
lo cierto es que es prácticamente imposible responder “sí” o “no” a esta
cuestión, porque eso sería dicotomizar (“o blanco o negro”) algo que en
realidad está lleno de matices.
Así,
probablemente la respuesta se encuentre en un mar de grises, es decir, en un
punto medio, tal y como afirman Petersen y Hyde (2010) en un meta análisis
sobre la cuestión.
Siguiendo la línea evolutiva
Desde un
punto de vista evolutivo, lo cierto es que es muy probable que las emociones
entre hombres y mujeres hayan evolucionado de forma distinta. Es muy difícil
que las emociones de ambos sexos se hayan desarrollado de la misma forma.
Así lo
afirma Vandermassen (2011): “que hombres y mujeres humanos deberían haber
evolucionado para ser psicológicamente idénticos, por ejemplo, es una
imposibilidad teórica y, de hecho, resulta ser falsa”.
Emociones de valencia negativa
Según un
metaanálisis de Else-Quest et al. (2012) sobre las diferencias de sexo en el
sentimiento de las emociones “morales”, las mujeres tienden a experimentar más
emociones negativas que los hombres, siendo estas emociones la culpa, la
vergüenza y la pena (en menor grado).
Otro
metaanálisis, de Chaplin y Aldao (2013), encontró resultados parecidos en
niños. Por otro lado, un estudio transcultural (Fisher et al., 2004) que
evaluaba hasta 37 naciones, encontró también que las mujeres tienden a reportar
más emotividad negativa.
En otro
estudio (Fisher y Manstead, 2000), se encontró que entre las naciones con una
equidad de género sociopolítica relativamente mayor, se hallaban diferencias de
sexo en la intensidad de la tristeza sentida, el miedo, la vergüenza y la
culpa.
Reacción a las experiencias desagradables
- Ansiedad social
- Depresión
- Salud mental y depresión
Una cuestión de variables
Además, las
mujeres reaccionan de forma más negativa a las experiencias desagradables que
los hombres, al menos en entornos experimentales (Bradley et al., 2001;
Chentsova-Dutton y Tsai, 2007; Grossman y Wood, 1993). Pero los estudios van
más allá, y es que según Babchuck et al., 1985, Hampson et al., 2006 y McClure,
2000, las mujeres son más capaces de reconocer y procesar mejor las emociones
negativas de los demás que los hombres.
Según las
hipótesis evolutivas, por ejemplo de Hampson y col. (2006), las mujeres podrían
ser más sensibles a todas las emociones, en general, debido a su necesidad de
unirse a los hijos. También podrían ser más sensibles a las emociones negativas
por la necesidad de reaccionar a las amenazas que implican habilidades físicas.
La ansiedad
social se define como un miedo intenso a situaciones en las que podemos ser
juzgados o evaluados por los demás. También se han evaluado sus diferencias
entre hombres y mujeres.
Un estudio
de Caballo et al. (2014), que evaluaba un total de 18 culturas, encontró que
las mujeres mostraban puntuaciones más altas de este constructo que los
hombres. Los mismos resultados se encontraron en Bodas y Ollendick (2005), en
estudiantes de secundaria.
Según un
estudio de Hyde et al. (2008), hombres y mujeres tienden a diferir en los
niveles promedios de depresión. Además, esta diferencia entre sexos es evidente
en la mayoría de las culturas (Hopcroft y McLaughlin, 2012; Van De Velde, Bracke,
y Levecque, 2010). Y es que la depresión, según la ENSE (Encuesta Nacional de
Salud) es más del doble de frecuente en mujeres (9,2 %) que en hombres (4 %).
La
diferencia en este constructo es más grande en las sociedades con alta equidad
de género (igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres). Según
los investigadores, en países con una elevada equidad de género, los niños
facilitarían estados emocionales característicos de la depresión, mientras que
en países con mujeres desempleadas y con una baja equidad de género ocurriría
justo lo contrario.
Sin embargo,
habría poca diferencia en el efecto de los niños en los sentimientos de
depresión para los hombres en países de alta y baja equidad de género.
Todo esto
podría explicar este fenómeno paradójico, y es que en países con una gran
equidad de género, la salud mental de promedio es más elevada, pero se crea una
brecha más grande entre los sexos en relación a la depresión.
Conclusión
Como hemos
visto, en relación a la cuestión de si las mujeres son más emocionales que los
hombres o no, lo cierto es que no hay una respuesta clara. Así, en función del
tipo de estudio, la emoción a evaluar y otras variables, sí podrían existir
diferencias entre géneros.
Además, el
conjunto se explica no solo por las diferencias biológicas entre sexos, sino
también por los roles de género, la cultura y otras variables que modulan
nuestra expresión emocional.
Autor
Pedro Vallejo
Comentarios
Publicar un comentario